
Reconozco que el voluntariado es una de las cosas que siempre quise hacer y que nunca hago. Y la verdad es que no sé muy bien porqué. Supongo que es por falta de tiempo algunas veces y por falta de ganas otras muchas, tirarme de 8 a 12 horas en un hospital, creo que no ayuda mucho a la hora de hacer voluntariado, porque el poco tiempo que te queda libre, supongo que lo intentas emplear en algo que no esté relacionado con tu trabajo.
Recientemente he descubierto el voluntariado LGTB. Resulta que en nuestro colectivo hay mucha gente a la que ayudar, que lo pasa realmente mal, muy mal, y que no tiene la suerte que tenemos much@s de nosotr@s , es decir, que están solos, sin nadie que les puede echar una mano. Es el caso de una chica, cuyo nombre no voy a desvelar, y a la que llamaré C. Resulta que esta chica tiene 30 años y está sola en la vida. Desde que descubrió su orientación sexual ha sufrido y mucho. Primero intentando negarse a si misma lo que era y lo que sentía, cosa que pasa a la mayor parte del colectivo LGTB en una primera instancia, cuando se dan cuenta que son o somos diferentes a los demás. Después de pasar por varios psicólogos y varios tratamientos psiquiátricos, decidió apoyarse en la familia, que debe ser el apoyo más importante. Pues bien. Sus padres, no solo encajaron mal que C fuese lesbiana, sino que su padre le propició varias palizas por ello. Una de esas palizas le rompió el tabique nasal y fue el detonante para que abandonase su casa hace ya casi 8 años. Desde los 22 vive en la calle, si,si, parece mentira, pero es así. Come de lo que puede sacar pidiendo en las calles más céntricas de Madrid, donde ve a muchos de los que antes eran "sus amigos/familiares", que la miran, pero no la ven. No ha intentado ningún tipo de acercamiento a su familia, por miedo a esas palizas que su padre le ha dado durante toda su adolescencia. Menos mal que las asociaciones LGTB de España buscan soluciones para este tipo de personas. Intentan que se vaya reintegrando poco a poco en la sociedad, intentan buscarles un trabajo digno e intentan que se sientan menos solos, ese es el claro objetivo con este tipo de personas.
La historia de C es una de las múltiples que seguramente haya, no sólo en España, sino en todo el mundo. La verdad es que se me ponen los pelos de punta. Quizás en estas fechas señaladas, para algunos, no sea una entrada propicia, por la tristeza que genera, al menos en mi, pero desde aquí, desde mi rincón, quería "denunciar" de algún modo este tipo de maltrato. Ningún maltrato está justificado. Violar los derechos humanos es algo, para mi,imperdonable.
C pasará las Navidades con una parte del colectivo LGTB que tiene lejos a la familia, y yo me alegro mucho. Tal vez, esta historia me anime para ejercer algo de voluntariado, bien con el colectivo o bien con cualquier otro colectivo, creo que es necesario y bueno para ellos y también para nosotros.
Una pregunta ronda mi cabeza estos días: ¿Qué es tan fuerte que te lleva a rechazar y maltratar a tu hija por ser lesbiana?
No sé si esta será una de mis últimas entradas en este 2010. Por si así fuera, quiero desearos desde aquí todo lo mejor a aquellos que me leeis y también a los que no. Sobre todo salud para todos,si, es lo típico, pero a fin de cuentas, lo más importante.
Sed felices!!!