
Adoro a Bette. Desde que empezó la serie hasta que terminó. Y, auqnue siempre he dicho que, en conjunto, me parezco a Shane, he de decir que tengo una vena Bette Porter que me trae de cabeza. Lo excesivamente perfeccionista, el querer hacer las cosas rematadamente bien, el tener que ir siempre a la cabeza, esas cosas pasan factura algunas veces. Me llevan a comerme la cabeza a menudo y, seguramente, a sufrir más de la cuenta por cosas que son simples gilipolleces. Además soy muy de ir a mi bola y de mirar para mi ombligo muchas veces, antes que mirar para los que me redean, aunque también es cierto, que no siempre es así. Tengo un pronto muy malo y en esa explosión, me llevo por delante a quien sea y cuando sea, cual Bette cuando tuvo el hostiazo con el tío del coche en la primera temporada.
Y es que hoy ha sido un día de sacar a la Bette que llevo dentro. Las circunstancias lo han requerido. No me gusta mostrarme así. Me gustaría poder reaccionar ante determinadas situaciones de otra manera, pero mira, soy así, que le vamos a hacer. Hay días que me levanto en modo normal y días que tengo el modo Bette encendido y hoy, es uno de esos días Bette.