lunes, 10 de mayo de 2010

Siguiendo el camino de baldosas amarillas

Desde hace unos 3.5 años aproximadamente me he convertido en Dorothy, y como tal, sigo un camino de baldosas amarillas para poder encontrar el regreso a mi hogar, dulce hogar, ya sabeis Madrid.

Me he propuesto,durante este tiempo no desesperarme en encontrar ese ansiado regreso, las cosas suceden cuando y como tienen que suceder, sin más, sin que nosotros las forcemos. Durante este periplo, me ha dado por pensar, en las cosas o mejor dicho, en la gente que me acompaña en este camino de baldosas amarillas. Hay gente que lleva aqui desde el principio, los incondicionales, los que son como un club de fans, que a todas horas te dan cariño y que a todas horas te mandan SMS de aliento y esas cosas. Me alegra tanto poder contar con ellos/as, en serio. son para mi como mi familia y justo 4 personas clave en este periplo. Mi amado hombre de hojalata, siempre fiel y a mi lado, mi amado perrito, que ese es el que da la mayor compañia de noche y de día, el fiero león, que ruge y sus rugidos a veces desgarran como colmillos afilados y el gran espantapájaros, débil por fuera, pero tan fuerte por dentro. Estos 4 siempre me acompañan, en el día a día. No hay día que no sepa algo de ellos y no hay día que no em hagan reir. Luego también hay gente que viene y va. son intermitentes, es como el Guadiana, que aparecen y desparacen. Te hacen el camino más llevadero la verdad, porque hay veces que el camino es muy largo y también son necesarios. Luego están, los que una vez fueron y ahora ya no lo son. Algunos por decisión propia y otros porque yo lo he decidido. Y también los que se fueron por un tiempo y ahora han vuelto.

De todos modos llego a la conclusión de que en el camino lo peor de todo es tener rencor. El rencor no nos lleva a nada, al contrario, nos cabrea y nos hace que andemso nuestro camino más despacio, con más sed, sin a penas ver lo poco o lo mucho que nos queda por recorrer. Lo que tiene que prevalecer es la confianza, pero claro, como con todo, la confianza cuando se pierde, es muy duificl recuperarla de nuevo y las cosas tienen que ir piano,piano. Así soy yo.

El camino está siendo de lo más productivo y llevadero la mayor parte de los días, pero he de reconocer que hay días en los que preferiría que otro tornada me llevara muy,muy lejos. Pero aqui sigo, recorriendo el camino con todas sus ventajas y sus inconvenientes, poruqe sé que el regreso se acerca, que no sé si taradaré más o menos, pero que tengo claro que volveré a mi hogar y eso me llena de fuerzas para correr a lo largo de las baldosas amarillas.

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